Emergencia rural: Hay “muertes y abortos de vacas en gestación”dijo Apollinaire

Lucila Apollinaire, presidente de la Sociedad Rural, expuso hoy el crítico panorama en la zona rural, que motivó la declaración de la emergencia agrícola ganadera por parte del gobierno de la provincia.

“Desde fines de mayo se están registrando nevadas y persistieron durante mayo, junio y julio. Nos reunimos varias veces con el gobierno y pedimos la reunión del comité de emergencia. Por suerte el gobierno tomó cartas en el asunto y decretó la emergencia el 18 de agosto”, dijo de los antecedentes a esta declaración que, entre otras cosas, le aporta fondos a Vialidad para combustible, a fin de que pueda acondicionar los accesos.

“Por ahí no vemos lo que está sucediendo en la ciudad, pero toda la zona oeste y centro de la isla está cubierta de nieve y hielo todavía. Los animales no tienen pasto y se complica que puedan tomar agua, porque los brebajes están congelados. Esto está produciendo muertes y abortos de vacas en gestación, que no tienen la energía necesaria para continuar con su preñez y por eso el cuerpo aborta”, describió de una situación crítica.

Apuntó que “la emergencia incluye el alerta vial para dotar a Vialidad de los recursos para poder funcionar, porque durante muchos días no pudieron operar dado que no tenían fondos para combustible. Vialidad tiene que asegurar la transitabilidad en las rutas complementarias y tuvimos días en que quedó gente aislada en el campo, que no podía venir a abastecerse de comida y combustible, y tampoco se podían cargar los zeppelin con gas”.

El aislamiento fue total y superó los siete días en algunos casos, donde se sobrevivió como se pudo. “No tenemos teléfono ni señal de celular en la zona rural, muy pocas estancias tienen comunicación o Internet y el rol de las rutas es fundamental”, subrayó Apollinaire.

“Hubo zonas donde por seis o siete días no se pudo entrar, y cuando Vialidad tuvo combustible pudo despejar un poco las rutas. Pero esto es para llegar al casco, después el propietario tiene que buscar los medios para llevar alimento a los animales”, planteó sobre la otra cara de esta emergencia, que no terminó para el ganado.

Se le consultó cuántos animales han muerto de hambre en este invierno, pero el proceso no terminó. “No tenemos un cálculo exacto porque las consecuencias se van a ver recién en dos meses. El animal va muriendo lentamente, al no recibir alimento, y la consecuencia no se va a ver en lo inmediato. Cuando se logra llegar, hay que repartir el pasto todos los días, hacerlos caminar para que no se queden quietos, porque se van atontando y no buscan ni siquiera beber. Es muy complicado porque trabajamos con seres vivos”, dijo.

Si bien en las últimas dos semanas se está pudiendo llegar hasta la zona donde está el ganado, como en toda crisis, aparece el desabastecimiento de pasturas y la suba de precios: “Siempre hay algún vivo que sube los precios de los alimentos y además se agotan las reservas”, señaló, por lo que se están viendo obligados a traer de otras partes del país la comida para salvar lo que queda del ganado.

“Hay unos cubos nutricionales muy buenos, que se les dan a caballos de carrera, pero son carísimos y tienen que llegar a Tierra del Fuego, que además tiene otro costo. El vacuno no es un animal tan resistente como el ovino, que aguanta mucho más los problemas climáticos. Es otra consecuencia grave de los perros asilvestrados, porque se tuvo que cambiar forzosamente de ovino a vacuno”, observó.

Apollinaire reforzó la necesidad de “entre todos seguir apostando a producir materia prima en Tierra del Fuego y a respaldar la ganadería de la zona”, con la producción de alimento en forma local.

Respecto del pago del impuesto inmobiliario, explicó que se realiza en forma anual en el mes de octubre y “en el decreto se prevé una prórroga por 180 días, que nos da un poco de oxígeno para desviar ese fondo a comprar pasto y tratar de salvar el capital”, concluyó

Fuente: Sur 54