Papelón de grupo GEOT

El grupo GEOT de la Policía en un despliegue tipo comando irrumpió en una vivienda de calle 25 de Mayo al 1090 de Río Grande, por una denuncia por “amenazas con armas de fuego”, tiraron la puerta abajo, ingresaron a los gritos, esposaron a todos los presentes, en medio del desconcierto de la familia de Walter Pollicina y Aida Ortiz, quienes no entendían lo que ocurría y pedían explicaciones sobre el operativo o ver la orden judicial, ya que uno de ellos es un abogado de Rio Grande.

Cuando ya estaban reducidos y controlados los supuestos denunciados y se iba a procerder a buscar el arma denunciada, los efectivos se dieron cuenta que el grupo GEOT se había equivocado de vivienda y en realidad allanaron la casa de uno de los inquilinos del verdadero imputado, quien vive al lado.

Pero lo más increíble y tragicómico no solo fue el error en el domicilio allanado, sino que al tomar conocimiento de que habia una orden de allanamiento a su domicilio, fue que el propio imputado Juan Manuel Bahamonde quien esta mañana se presentó en el Juzgado pidiendo que el allanamiento en su domicilio se lo hagan hoy, por que mañana no iba a estar porque se va de viaje.

La Policía en realidad estaba buscando un arma calibre 44, por eso el allanamiento lo había realizado el grupo GEOT y con una inusitada violencia al sospechar que el imputado podría encontrarse armado y con el dato aportado por la División Investigaciones que habían informado mal el domicilio.

Por la misma causa en Tolhuin se allanó la vivienda de la madre del acusado, una chacra en ruta 3 kilómetro 2951, donde se incautó una carabina 60 cartuchos para escopeta y otras municiones de distinto calibres. Además se resguardaron 30 mil pesos y 5400 dólares.

En la denuncia realizada por Javier Antonio Ledesma, este asevera que Bahamonde se acercó a una chacra de Tolhuin donde habría proferido la amenaza contra el dejando una singular misiva al no encontrarlo, una bala calibre 44 con el siguiente mensaje, “digale que cuando lo encuentre le voy a meter una de estas”, según señaló en la denuncia.

En tanto los verdaderos damnificados fueron los inquilinos quienes ya adelantaron que iniciaran acciones judiciales.

Aida Solis relató: “La pasamos muy mal, estábamos en casa y vemos algo negro por la puerta que era el escudo, y entra un grupo de encapuchados, armados, lo menos que pensás es que es la Policía, yo me asusté traté de entrar a mi cuarto, rompieron la puerta y me tiraron al suelo, un hombre me palpó de armas, y a Walter ya lo tenían esposado en el suelo boca abajo”.

La mujer señaló que “estuvimos una hora así, no nos decían nada, porqué era el allanamiento, y finalmente nos pidieron disculpas y se fueron” señaló, asegurando que radicó la denuncia en el respectivo juzgado de turno.

El problema reside en que precisamente ese mismo juzgado, el de instrucción de Segunda Nominación, es el que dictó la orden de allanamiento, pero en base a tareas investigativas previas de la Policía que indicaban ese domicilio como la vivienda del imputado Bahamonde, siendo esa la raíz del error.

La mujer damnificada concluyó señalando que “acá 25 de Mayo 1090 son tres casas y un kiosco, los departamentos no tienen nada que los distinga uno de otro, pero ni siquiera se tomaron el trabajo de averiguar bien, porque este señor que buscaban vive sobre la cuadra de Obligado, a la vuelta de nuestra casa”, reclamó.

Fuente: Crònicas Fueguinas