Discusión entre pareja policial culminó con intento de suicidio

Cuando aún no pasó ni una semana del suicidio de un agente de policial, una discusión entre una pareja de oficiales de policías de la provincia integrada por Natalia Fernández y Gustavo Cáceres, ambos con jerarquía de principales, ocurrida en una vivienda del Barrio Andino de Ushuaia, derivó en un intento de suicidio luego que el hombre abandonó el domicilio conyugal y la mujer se quedó sola en la casa donde intento suicidarse. La oportuna llegada de una tía de la oficial Fernández y el ingreso de esta al inmueble evitó que la desesperada mujer concretara su decisión de quitarse la vida, ahorcándose. Recordemos los polémicos dichos del Jefe de Policía quien la semana pasada manifestó que los policías de la provincia no sufren estrés laboral y se suicidan solo por problemas sentimentales y no por el trabajo que desempeñan.

En cuando a la Oficial Fernández la misma fue trasladada e internada en la sala de Salud Mental del Hospital Regional Ushuaia en donde se encuentra recibiendo asistencia psicológica. Desde la institución no dieron un parte de prensa oficial del hecho.

Según fuentes policiales el hecho involucró a una pareja de efectivos convivientes pertenecientes a la Policía de la Provincia de Tierra del Fuego, los dos de entre 35 y 40 años de edad, la mujer es madre ella de un niño de unos 10 u 11 años, producto de una unión anterior con un policía retirado y radicado en la localidad de Tolhuin.

“Es una mujer muy tranquila e inteligente”, comentaron algunos de sus compañeros, conmovidos por lo ocurrido. Reseñaron que la oficial Fernández pertenece desde hace más de diez años a la institución y que se desempeñó en Tolhuin antes de ser trasladada a Ushuaia. “Los jefes siempre la buscaron para que sea su secretaria porque es una persona muy capacitada. No podemos entender por qué procedió así” – manifestaron compungidos.

El hecho instaló nuevamente la polémica acerca de la eficiencia de los controles psicofísicos de los uniformados y la falla en la detección de desequilibrios emocionales en quienes, entre otras responsabilidades, portan un arma.

Un capítulo aparte mereció en el hecho la responsabilidad de la pareja de la mujer policía, un oficial identificado como Gustavo Cáceres, quien paradójicamente es licenciado en Asistencia Social y formó parte hace un tiempo del gabinete psicológico de la institución, para ser luego apartado de ese cargo y designado en la Comisaría 2da de Ushuaia.

Fuente: Crónicas fueguinas