Ordenan autopsia para el marino muerto en la campaña antártica

Fue una decisión del juzgado federal penal de Ushuaia a cargo de Federico Calvete y también un pedido de sus padres. El cuerpo de Alejandro Schneiter pasó ocho días en la Antártida, y llegará hoy a Buenos Aires.

El cuerpo del marino mendocino Alejandro Schneiter, muerto en un buque en plena campaña antártica será trasladado hoy de Ushuaia a Buenos Aires, adonde se le practicará una autopsia. Fue una decisión del juzgado federal penal de Ushuaia a cargo de Federico Calvete y también un pedido de sus padres, que dijeron seguir sin respuestas oficiales sobre la muerte del teniente de fragata, de 39 años.

Schneiter era un médico clínico, hijo de una familia de reconocidos profesionales mendocinos, ex rugbier y quien, después de viajar por el mundo entero y de trabajar para Médicos Sin Fronteras, se enroló como civil en la Armada. Fue hace cuatro años y ahora iba por su segunda campaña antártica.

Fuentes de las fuerzas manifestaron su desacuerdo porque sus jefes lo dejaron abordar nuevamente el buque ARA Suboficial Castillo estando muy enfermo, presuntamente con fiebre y una infección generalizada. “Mostraba una neumonía”, dijeron. Y manifestaron también su disgusto con el hecho de que, habiendo fallecido el 25 de enero pasado, dentro del barco, se lo mantuviera en una cámara frigorífica durante ocho días en una de las bases antárticas.

Los padres de Schneiter recibieron ese día un llamado en el que se les informó que Alejandro había muerto de un “infarto no traumático” que en principio, no los convenció. “Necesito saber qué le pasó a mi hijo”, dijo entonces Arturo Schneiter, el padre.

Desde entonces, están reclamando conocer los detalles de esta muerte, que para miembros de las fuerzas que conversaron con Clarín fue “absurda”. Distintos efectivos se quejaron de que no hubieran puesto un avión privado para su traslado inmediato, cuando aún estaba vivo, y después ya para el traslado de su cuerpo.

El lunes, la Fuerza Aérea envió un Hércules a la Antártida, que iba a ir a buscarlo y también trasladaba a 33 personas. Debió quedarse en Río Gallegos por un problema en el tren de aterrizaje. Son sólo dos los Hércules que tiene la fuerza, en un estado calamitoso de caja y de recursos para reequiparse. No hay aviones. El martes el otro Hércules fue a buscar el cuerpo y lo trasladó a Ushuaia, adonde viajaron también los padres, desde Mendoza.

Ellos estarán viajando hoy a Buenos Aires con el cuerpo, con personal de la Armada, de donde niegan haber actuado con negligencia.

Más aún, sin que hayan emitido hasta ahora comunicado oficial sobre lo ocurrido, sectores de la Armada aseguran que Schneiter “ocultó” su estado hasta último momento y que, como único médico del Castillo, se dio su propio apto para seguir viaje, lo que le habría costado la vida. En la fuerza también contaron a este diario que en las últimas horas fue evacuado el cocinero del buque, cabo principal Hernán Fernández, en grave estado y con síntomas similares a los que presentó Schneiter. Infección y neumonía. A su vez, habrían sido sometidas a una desinfección las bases argentinas.