Ex oficial de la PSA denunció trata de personas y narcotráfico: Por amenazas saca a su familia de TDF

El ex oficial jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria Santos Santillán aseguró que es víctima de amenazas e incluso de una paliza por parte de desconocidos, por lo que decidió sacar a su familia de la provincia. Tiene cuatro hijos y una esposa y la fuerza de seguridad, según relató “me obligaron a retirarme pero todavía no me pagan un centavo, por lo que mi situación en esta provincia es más que crítica”.

Santos Santillán, ex oficial jefe de la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria), quien tras denunciar casos de “trata de personas y narcotráfico”, aseguró que tuvo muchos problemas y le sobrevinieron amenazas y una paliza.

“Para poder sobrevivir después de que la PSA me dejó sin mis haberes, puse una escuela de Shaolín King Fu, puesto que soy instructor en este arte marcial y asimismo de yoga”, comenzó diciendo Santos Santillán.

Relató que las amenazas comenzaron el 23 de diciembre, antes de la Navidad, “en un cruce de semáforo, en dirección contraria estaba detenido un vehículo chico de color gris y cuando se pone en verde el semáforo, arrancamos los dos vehículos que íbamos en dirección opuesta y una persona abre la ventanilla trasera y me grita: ‘ya te queda poco, buchón’ y obviamente en esa posición no los pude seguir”.

Añadió que “pasaron los días y no le di más importancia, pero otra noche, el 29 de diciembre, alrededor de las 22 horas en la rotonda de la avenida Belgrano y Juan Domingo Perón, yo estaba girando hacia la izquierda como quien va a entrar a Perón y venía un vehículo de color azul, grande y nuevo –tipo cuatro por cuatro- y me gritaron: ‘milico, sacá a tu familia de la isla’ y quedé pensando si se habrán equivocado. Hoy estoy seguro de que no”.

Agregó que “con eso mis hijos pueden comer por lo menos; y en una de esas clases de yoga, que generalmente terminan muy tarde y son días de semana, una de esas noches que fue el 25 de enero, previo a las amenazas de diciembre, a las cuales no le di importancia, andaba confiado y volví esa noche, estacioné el auto en la parte intermedia del patio interno (en Prefectura Naval y Luisa Rosso); y vi movimientos raros, pareciera ser que me estaban esperando y comenzaron a atacarme a golpes de puño y con palos”.

Entendió que “esta gente sabía que no me tenían que lastimar; es decir, los golpes no iban a la cara ni a la cabeza, sino a puntos blandos del cuerpo. Pero como soy profesor de artes marciales, logré defenderme y logré que mis atacantes se fueran no sin antes haberme dicho ‘la próxima va plomo’, huyeron pero por mi estado no pude perseguirlos y no sabía si había más gente esperando o no. Lo que sí escuché a esa hora en que no anda nadie, que un vehículo aceleró y entiendo que había un tercero que los estaba esperando en un vehículo”.

En el mismo sentido consideró que “era gente entrenada y tenía la misma modalidad de pegar que en las épocas nefastas de la dictadura militar, cuando se golpeaba en lugares específicos, los riñones, el hígado, el estómago”.

Consultado si hizo la pertinente denuncia, dijo “ante quién voy a denunciar, si cuando lo hice y me encadené ante el Juzgado Federal la jueza Borruto me pidió que levante la medida porque iba a ser más grave para mí. Levanté la medida (porque) con propuestas mentirosas me obligó a que levante la medida. A los días volví a verla a la doctora Borruto quien me dijo que si seguía insistiendo con este tema, Minoridad y Familia me iba a quitar a mis hijos y como las amenazas estaban directamente relacionadas con las palabras de la doctora Borruto que me dijo que me iban a sacar a mi familia y recordé una de las amenazas de diciembre que me decían ‘sacá a tu familia de la isla’ hoy me vi obligado a pedir dinero prestado para embarcar a mis cuatro hijos y a mi esposa en un vuelo hacia el norte del país, los que van a viajar dentro de muy pocos días, ya que saqué los pasajes”.

Expuso: “ante quién voy a denunciar si el doctor (Marcelo) Rappoport no me quiso recibir; si estoy presumiendo que es la policía la que me está persiguiendo y que la doctora Borruto me dijo que me iban a sacar a mis hijos a través de Minoridad y Familia, ante quién voy a denunciar”, se preguntó.

Aseguró que “denuncié el caso ante mis jefes de la PSA y me dijo: ‘usted ya no depende más de la Policía de Seguridad Aeroportuaria de Río Grande y que ya no podían hace nada por mí. Estoy solo en la isla, salvo el apoyo de los medios de comunicación que difundieron mi situación y mi foto. Si no fuera por la prensa, yo estaría muerto ya”.

Agregó que “yo todavía no me voy de la isla porque tengo que solucionar unos problemas, pero si tienen problemas conmigo, que me ataquen a mi y no a mis hijos”.

Santos Santillán atribuyó esta persecución “a las denuncias por trata de personas y narcotráfico. En el caso de las denuncias de trata de personas, fue por escrito y los medios de comunicación lo publicaron y estas denuncias fueron corroboradas por la justicia, pero el Juzgado Federal nunca me llamó, pero sin embargo trascendió públicamente con las palabras del doctro Rappoport, de la juez Lilian Herráez”.

En este punto recordó que “todo esto fue elevado en un informe que elevé a mi jefe y al Ministerio de Seguridad de la Nación”.

Por último pidió que “la sociedad de Tierra del Fuego se entere que la justicia prácticamente no existe. Lo que me quedó es pedir dinero para poder por favor sacar a mi familia y ya conseguí los pasajes, que no quiero que trascienda a dónde van a viajar, tengo cuatro hijos de entre 15 a 6 años y mi esposa. Tampoco puedo decir el día en que embarcarán, por una cuestión de seguridad”.

Fuente: Provincia 23.